Cuando manejamos una lengua, cometemos el error de creer que la conocemos a la perfección y que por lo tanto no necesitamos estudiarla y profundizar en ella. Sin embargo, no es así. Nuestro conocimiento en este sentido puede conducirnos al éxito o al fracaso, a la libertad o a la esclavitud, a la certeza o a la duda.
Es nuestro deber enriquecer nuestro vocabulario, afianzar nuestra lengua, mantenerla viva, no solo para que subsistan los signos que la conforman, sino para que nuestro pensamiento se desarrolle y amplíe cada día más, pues la relación de imbricación y dependencia entre la una y el otro son innegables. La palabra hace posible el pensamiento y el pensamiento necesita de la palabra.
Solo engrandeciendo nuestra lengua a través del buen uso y no del "abuso", podremos ser mejores hombres y mujeres dignos de esta Patria tan bella que nos parió.
Excelente publicación! Siempre he abogado por el buen uso de nuestra lengua, es impresionante la cantidad de abusos que se cometen en contra de esta riqueza del conocimiento. Tal como lo dice en las líneas anteriores, es necesario engrandecer nuestra lengua para ser cada vez mejores personas. Si no dominamos nuestra esencia, qué seremos??? Es necesario que rescatemos y le demos un buen uso a la palabra hablada y escrita pues, es allí donde se sustenta nuestra imagen...
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